Aplauden historia de “El Duque” en transmisión de MLB
La historia de Orlando “El Duque” Hernández fue celebrada este jueves en la transmisión de YES durante el partido de los Yankees.
Con tremendo orgullo, Orlando acarrea a Cuba y su pelota en todos los rincones, no solo por su personalidad, sino por lo que hizo en un terreno, tanto en la Isla como en MLB.
Basta decir que Orlando Hernández enfrentó grandes desafíos en su vida antes de llegar a Estados Unidos para convertirse en un jugador confiable de la MLB y cuatro veces ganador de la Serie Mundial. Hernández desertó de Cuba en 1997 tras convertirse en uno de los lanzadores más dominantes del país.
Los detalles de su deserción son difíciles de conocer. Subió a un barco el día de Navidad de 1997. Según se cuenta, él y otros fueron de Cuba a Cayo Anguila en un barco pesquero de 9 metros después de asistir a una boda ese mismo día.
Se suponía que un pequeño barco de traslado los llevaría el resto del camino, pero nunca apareció, y él y los demás tuvieron que sobrevivir con comida mínima y en un refugio improvisado durante días antes de que un helicóptero los avistara.
Finalmente apareció un barco, pero los llevó a las Bahamas, donde fueron detenidos, no a Estados Unidos, adonde pretendían ir.
En resumen, Hernández logró ganarse la atención de la prensa gracias, en parte, a la condición de lanzador de su hermano en Estados Unidos, y finalmente llegó a ese país como hombre libre. La historia completa es salvaje, bien contada por Russ Speiller de SABR.
El jueves por la noche, la transmisión de los Yankees en YES recordó una de sus jugadas más famosas en su aniversario: cuando Hernández lanzó todo su guante a primera base para un out porque una pelota se le quedó atascada.
El comentarista de YES, Michael Kay, recordó un poco al lanzador, contando específicamente una anécdota de cuando lo acompañó en un crucero de béisbol. El mar estaba agitado, y alguien le preguntó a Hernández si tenía miedo.
Y El Duque dijo: “¿Conoces mi historia?”, dijo Kay sobre la respuesta a la pregunta.
Sí, un crucero agitado es probablemente pan comido comparado con lo que Hernández tuvo que pasar para llegar a Estados Unidos y comenzar su exitosa carrera en la MLB.
Una pregunta bastante tonta en retrospectiva, pero ¿quién puede culpar a un pasajero de crucero nervioso por intentar iniciar una conversación para distraerse de las aguas turbulentas?
Y qué gran respuesta de El Duque.
