June 15, 2025

Haydée Milanés y el éxodo masivo de artistas cubanos: “Duele”

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Foto: Alejandro Gutiérrez

Por: Tim Padgett (Tomado de WLRN Public Media)

El popular nuevo sencillo de la cantante cubana Haydée Milanés, recientemente exiliada, titulado “Duele”, comienza con la letra: “Cariño mío, no sabes el tormento que siento en el alma si pienso en ti”.

Pero Milanés no le canta a un amante; lamenta la tragedia de su país natal, Cuba.

“Duele”, que canta con el rapero El B, también exiliado cubano, es una balada, pero también tiene bilis. Denuncia la dictadura comunista por el sufrimiento económico y la represión política de la isla, mientras que su estribillo, desgarradoramente melódico, dice: “Llevo un corazón roto por Cuba”.

Para Haydée Milanés, el corazón roto es especialmente personal porque su padre fue el legendario cantante cubano Pablo Milanés.

En una entrevista con WLRN, Haydée Milanés dijo que “quería que ‘Duele’ transmitiera esa tensa mezcla de profundo amor y profundo dolor que mi padre sentía por Cuba”, y agregó que también considera la canción una plegaria a Oshún, diosa de la santería afrocubana cubana, “para que nos muestre una salida a esta pesadilla”.

De hecho, Milanés padre había sido identificado en su momento con la Revolución Cubana. Pero cuando falleció en España en 2022, el mismo año en que Haydée partió de Cuba hacia Miami, él también se distanció del régimen.

“Al final, fue en gran medida castigado por la revolución por defender a sus presos políticos”, dijo Haydée Milanés. “Y siento que entonces fui castigada por ser su hija y por mi propio apoyo a los disidentes de mi generación”.

El ícono de la música cubana Pablo Milanés (derecha) y su hija cantante Haydée Milanés antes de su fallecimiento en 2022.


Los cubanos pueden, y de hecho debaten, hasta qué punto artistas otrora populares como Milanés, padre e hija, rompieron con el gobierno cubano cuando aún vivían en la isla. En cualquier caso, Haydée Milanés es un ejemplo destacado de un éxodo inusualmente grande y reciente de cantantes, actores y otros artistas cubanos a lugares como Miami y Madrid.

El otoño pasado, por ejemplo, Wilbert Gutiérrez se convirtió en la última estrella de la serie de comedia “Vivir del Cuento” en llegar a Miami, tras la salida de coprotagonistas como Luis Silva, creador del icónico personaje Pánfilo, quien alguna vez bromeó con el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Su salida prácticamente puso fin al programa de televisión más popular de la historia de Cuba.

Esta épica fuga cultural se suma a la grave fuga de cerebros que Cuba ya experimentaba, en medio de una emigración masiva que ha provocado la salida de casi una quinta parte de la población del país desde 2021.

La emigración ha vaciado especialmente a la población más joven de Cuba, de tal manera que el único grupo demográfico en crecimiento en la isla ahora son los mayores de 60 años.

Punto de inflexión clave

Reuben Rojas, cubanoamericano de Miami y destacado especialista en ayuda humanitaria que ha trabajado durante mucho tiempo con cubanos tanto en el país como en el exilio, señala que la salida artística podría marcar un punto de inflexión aún más crucial.

“Los artistas tienden a ser los últimos en irse de Cuba”, dijo Rojas, quien ha trabajado con varios artistas cubanos a lo largo de los años.

Señala que, en el pasado, el régimen contaba con artistas —como Pablo Milanés, quien durante su apogeo en la década de 1980 ayudó a fundar el movimiento musical cubano moderno conocido como la nueva trova— para mostrar el lado positivo de la revolución.

Los artistas, a su vez, incluso en este siglo, en medio de la implosión económica cubana y la severa represión a la disidencia, se inspiraron al menos en cierta medida en los ideales progresistas e igualitarios de la revolución.

El actor cubano, ahora exiliado, Luis Silva, interpretó a Pánfilo en la popular serie cómica de la televisión cubana “Vivir del Cuento” en 2016.


Esa relación se ha desvanecido en gran medida, especialmente tras la muerte en 2016 del dictador fundador de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y el deterioro de logros antaño aplaudidos, como sus sistemas de salud y educación.

“El imaginario revolucionario del que tantos artistas se alimentaron ha desaparecido”, señala Lilly Blanco, cantautora cubanoamericana residente en Miami y experta en música latinoamericana.

Rojas coincide: “Los artistas cubanos normalmente tienen un poco más de recursos, como médicos”, dijo.

“Pero Cuba ha estado al borde del colapso. No hay electricidad, no hay comida, y ahora esos artistas también sufren la represión del gobierno”, añade, señalando como claro ejemplo la represión del movimiento de artistas, principalmente visuales, conocido como San Isidro.

Libertad!

Un motivo común detrás de muchas de estas salidas es el 11 de julio de 2021.

Ese día se produjo el mayor estallido de protestas callejeras contra el régimen cubano. Pero fue seguido por una de las mayores redadas de arrestos de la historia del régimen.

Entre los encarcelados se encuentran Luis Otero Alcántara y Maykel “Osorbo” Castillo, dos de los artistas que escribieron la canción de protesta ganadora del Grammy “Patria y Vida”, que contribuyó a desencadenar las manifestaciones del 11 de julio.

Lo que explica por qué los cánticos de “¡Libertad!” en las marchas del 11 de julio dan lugar a la nueva canción antirrégimen cubano de Haydée Milanés, “Duele”.

“El punto de quiebre para mí también fue el 11 de julio”, dijo Milanés. “Vi la criminalización de esta protesta masiva pero pacífica, pero también la criminalización del arte”.

Milanés afirma que la represión del régimen contra los artistas de San Isidro la afectó especialmente. Habían estado presionando abiertamente por la libertad de expresión en Cuba que, según ella, su famoso padre, Pablo Milanés, había promovido de forma más discreta.

“Me identifiqué con su causa y me arriesgué a quejarme del trato que recibían en redes sociales, porque me di cuenta de que esto era contra lo que mi padre había estado luchando en sus últimos años”, dijo.

Asegura que el régimen redujo considerablemente sus fechas de conciertos —“No me dejaban concertar un concierto fuera de La Habana”, comentó— y la censuró.

En 2022, Milanés y su esposo, el artista audiovisual Alejandro Gutiérrez, y su mánager, decidieron que ellos y su pequeña hija no tenían futuro en Cuba y se marcharon a Estados Unidos, donde ahora residen legalmente.

Desde entonces, Milanés, como tantos artistas que han salido de Cuba, ha experimentado su propia libertad musical, especialmente como compositora, explorando la multitud de sonidos latinos que fluyen por el crisol cultural de Miami.

El nuevo sencillo de Milanés, “Un Amor Que Se Demora”, la encuentra fusionando estilos como el son cubano y la bachata dominicana, dignos de Juan Luis Guerra.

“Es como un renacimiento para mí como artista”, dijo. “En Cuba pasé años cantando cierto tipo de canciones de otros compositores. Ahora puedo experimentar. Puedo expresarme”.

Y, por supuesto, ganarme mejor la vida con ello. Y ahí es donde a veces surge la controversia sobre este éxodo artístico cubano. “Ese va a ser el tema delicado”, dice Blanco.

Cronología de la exasperación

Señala que muchos exiliados cubanos se preguntan por qué artistas cubanos como Milanés tardaron tanto en comprender lo represivo que es realmente el régimen de la isla y por qué esperaron hasta estar fuera de la isla para condenarlo con mayor claridad.

“No me malinterpreten”, dijo Blanco, “admiro a Haydée Milanés si quiere usar la plataforma de su legado para hacerlo. Sin duda, debería hacerlo.

“Pero creo que es más fácil hacerlo desde aquí que desde dentro. Y eso siempre será una espina en el costado” para muchos exiliados cubanos que ven a los artistas de la isla partir hacia Estados Unidos y Europa.

Milanés argumenta, a su vez, que los cubanos como ella simplemente a menudo mantienen la esperanza de que el sistema finalmente se reforme ante la implosión económica y las demandas de derechos humanos.

“Es un proceso complicado”, dijo, “y cada uno de nosotros tiene un cronograma diferente para ese momento de despertar cuando te das cuenta de que las cosas en Cuba nunca van a cambiar… y que sientes que todo ha sido destruido”.

Rojas también reconoce que “la duración de la exasperación puede ser diferente para cada cubano”.

“Y lo que hay que entender”, dijo, “es que, de hecho, puede ser más larga para los artistas, porque han sido condicionados quizás más que otros cubanos a enorgullecerse de lo que una vez representó la revolución y de la resiliencia del país en los momentos más difíciles.

“Pero ahora incluso ellos ven que el sistema simplemente ya no funciona”.

Milanés también señala que los artistas pueden, y están desempeñando, un papel importante como “puentes” entre la diáspora cubana y los cubanos que aún residen en la isla.

“La vida emocional de cualquier cubano, allá o aquí, siempre es estresante porque la situación política lo complica todo”, dijo.

Es como si nos viéramos obligados a involucrarnos en política incluso cuando no queremos. O sea, me encantaría hablar de otras cosas de la vida, pero para nosotros es una realidad abrumadora e imposible de evitar.

Pero ahí es donde el arte y la música pueden ayudar a unir a los cubanos; eso es lo que una canción como “Duele” intenta lograr.

Jorge Treto

Teatro Trail
El actor cubano Jorge Treto en la producción infantil “A la Luz de las Linternas” en el Teatro Trail de Coral Gables en abril de 2025. Treto participa actualmente en la producción de Trail de “Los Pájaros Tirandole a la Escopeta”.
Para muchos artistas, puede ser una cuestión más simple de unificación familiar.

De hecho, el punto de quiebre para el popular actor cubano de teatro, cine y televisión Jorge Treto, de 61 años, fue la soledad absoluta.

Treto, conocido por películas cubanas como Inocencia y series de streaming como “Cuatro estaciones en La Habana” de Netflix, vio por primera vez a su hija Laura, también actriz, emigrar a Miami hace unos años. Luego, su esposa Emma, ​​también actriz, se unió a ella.

“Es como si me despertara una mañana y me diera cuenta de que no me quedaba familia en Cuba”, declaró Treto a WLRN.

“Y entonces te das cuenta de cómo todo a tu alrededor, económica, social y profesionalmente, se ha deteriorado hasta un punto sin retorno”.

Así que el otoño pasado él también emigró a Miami.

“Cuando todos los actores jóvenes, como mi hija, se van de Cuba”, añadió, “también te das cuenta de que ya no hay nadie a quien heredar la profesión”.

Treto ahora puede transmitirla a una generación más joven en Miami. El mes pasado protagonizó una obra para niños en el Teatro Trail, en la más cubana de las calles, la Calle Ocho.

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